Indiferencia, apatía, desatención, parecen estar presentes en la cotidianidad, en donde se ha sustraído el valor esencial de Dios; ante el agobiante sinsabor de la irreflexión, atónitos zombis deambulando sin condición, influenciados <a hacer> o <a no hacer> sin expectación, movidos en un mundo que sitúa su eje entorno a la anarquía al hedonismo sin control.
Cansados de ver por doquier noticias de inundación, más a cuál situación se aferran quienes ya a causa del agua todo lo han perdido? Y Qué sentimiento alberga ante ello nuestro interior? Pesar? Conmoción? Tristeza? Impotencia? Miedo? Peligro? Incapacidad? Deseo de solidaridad?
También es cierto que vivimos como reyes si fuera esa la comparación frente a la angustiante desesperación de miles de hermanos que rehúsan la esperanza perder y buscan el camino de Dios! Y será que sólo en esos acuciantes momentos nos acordamos del Señor?
Y a nosotros, cuando nos brindan espacios propicios para la interiorización, la profundización, para reflexionar acerca de lo que Jesús nos enseñó, preferimos hacernos los sordos o sin visión e impertinentemente no faltan quienes preguntan que si lo que hacemos para Nuestro Dios tiene nota? Porque de lo contrario se prefiere no hacer las cosas, no con convicción!
O esteremos cumpliendo con el adagio de Jesús: “Este pueblo se acerca a mí con su boca, y de labios me honra, pero su corazón lejos está de mí” (Mt. 15,8)
QUÉ PODEMOS HACER?
_ Busca las siguientes citas bíblicas y escribe un compromiso y una reflexión al respecto
Mt. 12, 33-35
Mt. 13, 34-43
- Teniendo en cuenta el video Parábola de la esperanza, redacta dos aspectos en los cuales plasmes como estarías dispuesto a cambiar de actitud
- Cuáles <frutos> estarías dispuesto a ofrecer como un llamado que el Señor te hace?
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